El bloque de propuestas de ZP y las razones de la crisis: el bloque de propuestas se da en un contexto de crisis social y ecológica cuyas dimensiones sobrepasan, al menos en el segundo aspecto, a la crisis de 1929. La cifra de parados alcanzará a finales de año los 4 millones de trabajadores y trabajadoras. No entender que la crisis no es coyuntural, que las razones radican en la base misma de la irracionalidad del sistema capitalista, y que las políticas neoliberales aplicadas sólo han llevado a acrecentar el tamaño de la crisis es un error de consecuencias sociales y ambientales enormes que sólo podemos entender en una lógica de adaptación plena al neoliberalismo. Y no sólo por el PSOE sino también por las direcciones de las dos centrales sindicales mayoritarias.
1-El preámbulo del acuerdo nos da la medida de la orientación neoliberal. Frente a la crisis financiera el gobierno de ZP, pero también los gobiernos europeos y de Estados Unidos(EUA), han cerrado filas amortiguando la liquidez y la rentabilidad del sistema financiero en manos privadas. Incluso la rebaja de tipo de interés interbancario no se ha trasladado en toda su plenitud a los tipos pagados por los usuarios, es decir, por aquellos que tienen que soportar el endeudamiento derivado de las hipotecas engordadas por la burbuja especulativa inmobiliaria. Una parte se ha convertido en un margen mayor de beneficio para la banca tal y como señala el Diario Público. Por el contario, se trata para la izquierda Anticapitalista de nacionalizar los recursos financieros y ponerlos bajo control social, con el objetivo de permitir orientar la inversión hacia aquellos sectores generadores de empleos estables y menos depredadores de la naturaleza y los bienes comunes. Necesitamos ya una banca pública como vía transitoria a la nacionalización completa del sistema financiero.
2-Los contratos a tiempo parcial son una solución muy parcial. Confrontarnos al neoliberalismo significa saber quien es la parte más débil en la crisis y quien debe asumir los costes de la misma. Pedimos una confrontación al aumento de las bonificaciones para la contratación a tiempo parcial por encima de la contratación a jornada completa. Desde hace años el movimiento obrero reclama una reducción de la jornada de trabajo para repartir el empleo y la riqueza. La reducción a las 35 horas semanales para llegar a las 32, de manera que las ganancias en productividad puedan llegar a todos los rincones de la sociedad, mejorando nuestra calidad de vida, acompañada por una recuperación de los espacios y bienes comunes que deben constituirse en uno de los pilares de la generación de nuevos empleos. La propuesta de ZP y su gobierno sólo reparte la riqueza entre las rentas del trabajo y no ayuda a las familias a salir del riesgo de exclusión social.
3-Una ampliación insuficiente de la cobertura social que no cuestiona las facilidades del despido. El gobierno de ZP propone una ampliación insuficiente de la cobertura social a los trabajadores afectados por ERE´s y sobretodo a aquellos que son despedidos por el llamado artículo 52 c) del Estatuto de los Trabajadores. Un apartado que de hecho permite ajustar la plantilla a la demanda efectiva, mediante el despido por causas objetivas, cargando sobre la espalda de los trabajadores los efectos de la crisis. Pensamos que este artículo debe reformularse y desde luego no puede haber despidos en empresas con beneficios. Y más aún si tenemos en cuenta el hecho de que durante años los beneficios empresariales han crecido a un ritmo elevado, manteniendo congelados los salarios reales y disminuyendo los mismos en la participación de la Renta Nacional. No podemos permitir que a la primera de cambio quienes han obtenido beneficios ingentes no quieran asumir pérdidas y se la trasladen a quienes han visto congelados sus salarios reales durante años.
4-La espinosa cuestión fiscal y las bonificaciones. Todas las políticas neoliberales han tenido como objetivo reformular los impuestos a las rentas del capital, con la excusa de la generación de empleo. Las experiencias prácticas en la materia han tenido como consecuencias el ensanche de la brecha social entre las clases y una generación de empleo basada en la precariedad y la temporalidad, incluso en algunas ocasiones bajo el disfraz de la estabilidad(contratos indefinidos con un despido irrisorio). Ahora que el sector público debe aumentar su participación en la economía para salir de la crisis y que el desastre urbanístico generado por la especulación deja a los ayuntamientos endeudados no es hora de que esa carga en materia de impuestos la soporten los trabajadores. No podemos además estar pagando por nuestros empleos.
Las tareas de la izquierda anticapitalista: construyendo alternativas desde abajo y a la izquierda. Otro mundo es posible, otro capitalismo es imposible. Tenemos la necesidad de ir construyendo marcos de resistencias ante los efectos de la crisis que superen las luchas parciales. Marcos de coordinación de luchas contra los despidos pero también por la recuperación de un tejido social y productivo basado en los servicios públicos (sanidad, educación, transporte), la reconversión ecológica de la producción y de los espacios y bienes comunes que han sido atacados por el modelo productivista de las últimas décadas que nos han llevado a este callejón sin salida. Reclamamos la nacionalización de los sectores estratégicos poniéndolos al servicio y bajo control social. Para ello necesitamos prolongar los conflictos, dotar de estructuras a las luchas y conectarlas de manera prolongada con el objetivo de una huelga general que haga visible en las calles las alternativas presentadas por los trabajadores y los movimientos sociales. Junto a ello necesitamos ir construyendo una alternativa política anticapitalista para salir de un capitalismo irreformable.
Comunicado de Izquierda Anticapitalista
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