
En esta situación coexisten dos escenarios de futuro condicionados y contradictorios: por una parte, se amplían las posibilidades para la construcción de una izquierda política anticapitalista que pueda lograr una influencia capaz de desestabilizar el sistema político; por otra parte, si no se avanza significativamente en esta dirección, puede producirse un nuevo ciclo de desaliento, con costes sociales y morales muy grandes para los sectores más militantes y que concluiría en un mapa de fuerzas políticas semejante al actual y una refundación neoliberal.
En nuestro país, el interés por la construcción de una izquierda política anticapitalista es minoritario en la izquierda social, que es hoy el componente más numeroso e influyente de la ‘izquierda alternativa’. Sectores significativos de la izquierda social mantienen su desconfianza, su malestar, o su rechazo ante cualquier propuesta de ‘organización política’; en este sentido, se mantiene una situación de estancamiento que dura ya 20 años y que pensamos que es necesario un esfuerzo amplio y común para empezar a superar. Por otra parte, el mapa de fuerzas de la izquierda política ‘alternativa’ no ha experimentado modificaciones significativas. IU, al borde del abismo, ha cambiado de discurso. Es todo lo que puede cambiar. Permanecen las mismas ‘familias’ dirigentes, el mismo alejamiento de los movimientos sociales, la misma ausencia de cultura democrática y hasta las mismas metas, marcadas por las subalternidad en los gobiernos de Catalunya, Asturies y la Comunidad Autónoma Vasca. En definitiva, no hay ninguna organización que sea el referente estatal o nacional de este espacio político alternativo. Como siempre, la situación de Euskadi es especial y puede decirse que allí aún ocupa un papel –cuestionado, pero importante– la corriente abertzale.

Es necesario que ese proyecto político tenga sus lealtades en las y los ‘de abajo’, en las luchas, y que estos vínculos se den naturalmente porque la organización esté en la primera línea de combate contra todas las agresiones del capitalismo, que ahora se manifiestan con especial crudeza y claridad. Y ese frente pasa hoy por reforzar las resistencias contra los despidos en Nissan y en tantas otras empresas, por denunciar el papel cómplice de los gobiernos europeos y del propio Gobierno español en la masacre que está perpetrando Israel contra Gaza, por reforzar las luchas contra el cambio climático y este modelo de producción y crecimiento, por seguir reivindicando un aborto libre y gratuito, por reclamar el derecho a la autodeterminación de las naciones del Estado. Para nosotros la política no puede ser nunca una profesión sino un compromiso voluntario para cambiar, a la vez, el mundo y la vida. La rotación de cargos, la formación permanente de la militancia y la concepción de las instituciones como un altavoz para las luchas sociales y nunca como un fin en sí mismo, forman parte indeleble de nuestro ideario.


Respetamos estos argumentos que responden, sin duda, a problemas reales. Pero pensamos que estas elecciones son también una oportunidad para llamar a la acción y la organización anticapitalista a escala europea. Tenemos además la voluntad de hacerlo dentro de una red internacionalista, en la que desarrollamos el aprendizaje y la experiencia común con organizaciones como el Nuevo Partido Anticapitalista de Francia, Sinistra Critica de Italia y otros grupos y plataformas, conscientes de que cada uno debe construir su propia trayectoria, pero es bueno hacerlo en un marco internacional solidario.
La Ley Electoral impone a las organizaciones que no tienen cargos públicos la recogida de 15.000 firmas para poder legalizar la candidatura. Queremos aprovechar esta traba legal para hablar con mucha gente, y escucharla, sobre la necesidad de construir una referencia política anticapitalista y alternativa que tenga, por primera vez en muchos años, una expresión electoral. Esta campaña nos pondrá también a prueba para conocer de primera mano la simpatía real y el interés de nuestra gente, o sea de la izquierda social y política que merece el nombre de ‘alternativa’.

¿Todo esto es ilusorio, es imposible? Vamos a verlo. En estos tiempos, pensamos que nuestro lugar está a la izquierda de lo posible.
Más info:
europeas2009@anticapitalistas.org
espaciosierra@gmail.com
www.anticapitalistas.org
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