Hoy nos juntamos por tercer año consecutivo en Madrid, para denunciar la situación de violencia que viven las personas transexuales, transgénero e intersex. En el marco de la campaña internacional “Stop Patologización Trans: objetivo 2012”, nos sumamos a este día donde 38 ciudades del mundo nos manifestamos contra el Trastorno de Identidad de Género. Con el TIG, la transexualidad queda clasificada en los manuales internacionales de enfermedades: el CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud) y el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación de Psiquiatría de Norteamérica). Estas clasificaciones son las que determinan los cambios en la lista de las enfermedades de la OMS y guían, por lo tanto, a los y las psiquiatras de todo el mundo en el momento de hacer sus diagnósticos.
Nos movilizamos con carácter de urgencia, ya que el año 2012 aparecerá la quinta versión revisada del DSM, y ya que estos manuales se revisan por décadas, es nuestra oportunidad de modificar la realidad de las personas trans. Esta catalogación de la transexualidad como enfermedad mental, asegura, además, que haya un resquicio para que cualquier identidad u orientación sexual no heterosexual vuelva a ser considerada otra vez trastorno/patología.
En el grupo de trabajo que revisa el TIG están el Dr. Zucker y el Dr. Blanchard, famosos por sus terapias de choque contra personas homosexuales y transexuales. Estas personas que están decidiendo nuestro futuro, son acérrimos defensores de la enfermedad trans. Es por eso que el movimiento trans norteamericano ha hecho un llamamiento para que estos psiquiatras sean expulsados de la revisión del DSM, reivindicación a la que nos sumamos.
El diagnóstico es la herramienta por la cual se establecen controles de nuestra identidad a través de un protocolo por el cual nos hacen pasar por terapias, mediciones, test psiquiátricos y todo tipo de entrevistas y análisis denigrantes, que miden de una forma impresentable y fundamentada en valores patriarcales nuestra masculinidad/feminidad. Es una herramienta para que decidan por nosotrxs lo que somos y dejamos de ser, es decir, para que nos traten como enfermxs y tutelen nuestra vida. Irónicamente, para obtener dicho diagnóstico tenemos que estar por lo demás mentalmente sanos. Todo ello atenta contra los derechos humanos de integridad corporal y libre expresión de la identidad y expresión de género, derechos recogidos en declaraciones internacionales recientes como los Principios de Yogyakarta o las recomendaciones del Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa Thomas Hammarberg.
En el Estado español, cualquier persona que quiera cambiar su nombre en su documentación oficial o modificar su cuerpo con hormonas u operaciones tiene que pasar por una consulta psiquiátrica. Además, se nos obliga a someternos a protocolos paternalistas como el tratamiento médico obligatorio que suele esterilizarnos, y mediciones de nuestra masculinidad/feminidad a través de diversos dispositivos (entre ellos el “test de la vida real”, que nos castiga sin un cambio en los documentos oficiales durante dos años). ¡Cómo vamos a reclamar nuestro lugar en la sociedad si desde el ámbito médico y legal se nos dice que somos personas enfermas!
Extracto del Manifiesto “Stop Patologización Trans: objetivo 2012”.
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