A las ocho de la mañana, puntual como un reloj suizo, Luis Úbeda recorría los escasos 30 metros que le separaban del quiosco de periódicos y la panadería. Siempre llevaba el diario Ya, por el que abonaba 8 pesetas. La pistola de pan le costaba nueve. Corría el año de 1978. Treinta años después, Úbeda sigue el mismo guión diario. Pero el periódico le cuesta un euro y el pan, 55 céntimos.
Si ambos precios se expresaran en euros y se aplicara el factor de corrección por la pérdida de poder adquisitivo de la moneda por la inflación, el resultado es que el periódico cuesta tres veces más que en 1978 y la barra de pan vale casi el doble.Los españoles son más pobres hoy que hace 30 años. Los sueldos son más bajos y el precio de los productos de primera necesidad resultan considerablemente más caros. En 1978, los hogares se enfrentaban con uñas y dientes al inicio de la segunda crisis del petróleo. Descontada la amenaza de la inflación, hoy los datos resultan demoledores. El salario base se ha reducido casi un 10% en términos de moneda constante. La vivienda ha multiplicado su precio por 31.
Estanflación:
Para igualar los precios actuales de los productos hay que dividir el precio actual por 5,72 para obtener precios equivalentes a los de 1978. El cuadro adjunto refleja los precios de 1978 en pesetas y su equivalente en euros, los de 2008 en euros y los mismos tras aplicar la corrección inflacionista de 30 años.
El nuevo escenario de coste y salarios ha determinado la configuración laboral de los hogares. Hace treinta años, apenas trabajaban mujeres. Si lo hacían, necesitaban permiso de los padres o los maridos. Ahora tienen que trabajar ambos cónyuges. Uno solo para pagar el préstamo hipotecario.
Víctor Relaño / Enrique Morales (ATRAIE)

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