Cinco comentarios para militantes a propósito de la crisis

En esta misma web, y en otras que en ella se refieren, se pueden leer explicaciones de la génesis, desarrollo y efectos de la crisis en curso. Esta nota sólo hace mención a algunos puntos a tener en cuenta por y para los activistas que intervenimos en el campo de fuerzas político.

Primero: al origen estamos en una crisis de sobreproducción de viviendas en USA. Mercancías que no se pueden cobrar porque no se pueden pagar. La crisis se extiende luego en el sector financiero. El fundamento de la crisis no es la evidencia del engaño y de la ocultación permanentes de los bancos entre sí y ante sus clientes, que siempre ha sido.

Esto hay que recalcarlo porque -1 estamos ante los frutos de un mecanismo que produce para la ganancia y no para cubrir las necesidades humanas y -2 porque si la crisis resulta ser un mero problema de abuso, como pretenden algunos, bastará, para resolverlo, con moderar el abuso y castigar a algún abusador expiatorio.

Segundo: la crisis es un terreno movedizo. Contrariamente a los períodos de “business as usual”, las posiciones de poder, absolutas y relativas, pueden variar ahora con rapidez. Es instructivo observar los movimientos de los diferentes individuos de la clase capitalista: cada estrategia individual consiste en prestar atención a su patrimonio y poder particulares sin interesarse por el resto. Las propuestas anticapitalistas van en sentido contrario.

La estrategia de la patronal financiera es correspondida por el gobierno, en España de Zapatero, quien ha facilitado cuantiosas ayudas a los bancos. Ayudas que no han servido, como estaba ingenuamente previsto, a relanzar el crédito a particulares y PYMES, puesto que los bancos han utilizado el dinero recibido para sanear sus balances, comprar otras sociedades (acumular), o distribuir dividendos a sus accionistas.

Cuando algún representante del Partido en el gobierno, con timidez, ha insinuado que lamentaba ese uso de los fondos, los bancos han hecho oídos sordos. Esto es así porque ambos comparten planteamientos e intereses: la recuperación, para ellos, pasa por conservar sus posiciones, restituir las ganancias a los empresarios y así, incidentalmente, reanimar la inversión y el empleo.

La estrategia de la población trabajadora, si quiere ayudarse a salir de la crisis, debe ser la inversa. Primero atender el bien común de trabajadores, asalariados o no, pequeños rentistas, dependientes, etc., relanzando la actividad económica, mediante el empleo de mucha gente en la cobertura de necesidades priorizadas. Empieza por la imposición de la prohibición del despido sin alternativa. Tal estrategia requiere planificación y por consiguiente una centralización de recursos que se superponga, en muchos casos, a la coordinación por el mercado.

Tercero: ¿De dónde salen los recursos para esa estrategia alternativa?
La estrategia alternativa debe empezar por garantizarse los recursos financieros a la par que impedir la crisis de miles de asalariados, la ruina de muchos ahorristas, pequeños empresarios y la miseria de familias. En este momento el sistema interbancario está agarrotado porque los bancos no se prestan dinero al desconfiar entre sí y hacia los clientes. Ahora es el momento de responder exigiendo la intervención inmediata de todos los bancos del país en un movimiento rápido que cree un Sistema Crediticio Nacional Único Consolidado.

En realidad, la posibilidad actual de que dicho Sistema, incluso sin movilización popular, se llegue a implantar de alguna manera en algunos países de Europa es bastante elevada, tal es el grado de la crisis. Pero la elección y la eficacia entre un sistema de crédito orientado a servir a la población y un sistema de rescate de banqueros dependerá de quien controle y de qué manera la intervención.

Es importante para los trabajadores de este país (¡y de otros!) que la crisis actual signifique el debilitamiento y el desplazamiento del poder de su oligarquía financiera. Es una tarea del siglo 20 que se nos coló sin querer en el siglo 21.

Cuarto: ¿Cómo se decide que es lo que hay que hacer? En este momento se están produciendo protestas en respuesta a recortes de empleo en el sector del automóvil, algunas de las cuales reclaman producir más coches. Por otro lado, las multinacionales aprovechan también la crisis para afilar su planteamiento que es global y va del largo al corto plazo. Los militantes eco-socialistas pedimos un enfoque nuevo de producción y consumo. Pero, ¿ha llegado la crisis demasiado pronto para nuestras propuestas?.

En realidad el próximo avance de las alternativas eco-socialistas es tributario de la dinámica de la lucha contra el aspecto financiero de la crisis. La popularización de las propuestas (incluido el método) del eco-socialismo político se incrementará en el futuro próximo al calor de la progresiva evidencia de que la salida a esta crisis no es una vuelta atrás. Es muy dudoso que la industria automotriz de Europa Occidental vuelva a ser lo que ha sido. Sin embargo se necesitará el concurso de sus trabajadores para conceptuar las nuevas técnicas, herramientas y productos adecuados a las necesidades sociales nuevas, puestas de manifiesto por la crisis y popularizadas por los militantes y activistas ecologistas y socialistas.

Quinto: ¿Quién coordinará, planificará, controlará?
Entramos en la crisis con un nivel de organización popular defensivo casi nulo por lo que es imposible predecir que forma tomará la resistencia a los ataques patronales y del Estado. ¿Cómo se puede sustentar un proceso de nacionalización del sector financiero, con su aspecto de control político crítico y alternativo, sin una experiencia organizativa, movilizadora y programática significativa previa? La misma pregunta sirve para la articulación de las propuestas eco-socialistas y anticapitalistas cuando haya que proponerlas en extensión y en profundidad.

Pero las situaciones de crisis, y esta es profunda y probablemente será larga, tienen su fenomenología impredecible.

La burguesía tiene una debilidad latente por la disfuncionalidad y la podredumbre de su sistema y necesita a la vez poner en funcionamiento una máquina gripada y recomponer su legitimidad social ante una población en un primer momento alucinada. Los anticapitalistas debemos popularizar consignas claras y coherentes y fomentar la autoorganización.

Matías Mariano (Militante IA Sierra)

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