Carta a ex-militantes de los años 70*

¿Por qué volver a militar en una organizacion de extrema izquierda cuando uno tiene más de 40 ó 50 años?

Me imagino que tú, como yo, también tienes hijos que se están haciendo mayores. Y seguro que, como yo, a veces discutes con ellos y te plantean dudas. ¿Hacia dónde vamos? ¿Estamos en buenas manos? ¿A quién hay que votar? ¿Por qué la izquierda hace la misma política que la derecha? Y también de cosas más concretas: los pisos han subido una barbaridad, las hipotecas están imposibles, los bancos ahogan a la gente, el precio de los alimentos y todo lo demás sube sin parar, los sueldos y los trabajos en general son miserables… Además, los políticos de la izquierda parlamentaria le hacen el trabajo sucio a la derecha, o sólo quieren conservar sus poltronas. Por no hablar de los sindicatos: firman los ERO sin rechistar, porque los “delegados” quieren conservar sus cargos y van de fiesta un día al año para que no se diga.

Seguro que, al final, tú también les dices lo mismo que yo: “todo es una mierda”. Pero ¿no hay ninguna alternativa? ¡Pues sí que estamos bien, tener hijos para esto! ¡Haber llegado hasta aquí para esto!

¡La que se nos viene encima!

¡Y la que nos espera! Vas a ver cuando propongan retrasar la edad de jubilación a los 70, pagar en la Seguridad Social, privatizar todavía más la enseñanza, implantar la directiva europea de las 65 horas… y tú estarás más sólo que la una y seguirás diciendo que “todo es una mierda” y que “no se puede hacer nada”. Y además, como siempre, este trabajo sucio se lo encargarán a los socialistas con la ayuda de lo que quede de IU, lo que todavía te quemará más.
Pero recuerda algo que aprendiste en tus años de juventud: si ahora trabajamos 40 horas semanales y tenemos 30 días de vacaciones, una seguridad social a cargo del estado y una pensión de jubilación, es porque “alguien” peleó por ello. Y peleó por ello organizadamente. ¡Te acuerdas! No hace tanto tiempo (sólo 20 o 30 años) tú también lo decías alto y claro.

¿Recuerdas lo que aprendiste?

Lo que tú aprendiste como yo, militando en los años 70 y 80, es a analizar la realidad, qué pasa y por qué pasa. A nosotros no hace falta que nos expliquen qué significan palabras como explotación, marxismo, lucha de clases, plusvalía, crisis cíclicas, correlación de fuerzas, revolución rusa, partido leninista... porque eso ya lo sabemos. Lo que ocurre es que la evolución política de este país fue tan decepcionante, que aquellos que no nos dedicamos profesionalmente a la política, estamos quemados. Ellos vendidos y nosotros quemados.
Y por si hacía falta más, la crisis económica que vivimos ha puesto sobre la mesa, todavía con más crudeza, cómo funciona de verdad el sistema. ¿Es necesario que te explique lo que tú ya sabes? La crisis la ha provocado la avaricia y la especulación sin límite del capital financiero. El dinero de emergencia es para los bancos, para salvar el “sistema”, su sistema.

¡Manos a la obra, YA!

O sea que, por los hijos y también por uno mismo, hay que “hacer algo”. Porque sino la cosa va a ir todavía a peor. Porque puede ser mucho peor de lo que es ahora, muchísimo peor. ¡¡Imagínatelo!!
Y desde luego que participar en una ONG, ATTAC o cualquier otra forma de agrupamiento de buenas intenciones, no tiene repercusiones profundas. Ser de GreenPeace es “fashion” y ayuda a tranquilizar la conciencia, pero a largo plazo no sirve para nada. Porque si quieren agujerear Alaska, pues la agujerearán y se quedarán “tan panchos”.
Así que hace falta algo que vaya más a la “base”, más “radical” (en el sentido de raíz). A la verdad “oculta” de funcionamiento del sistema. Y ese algo, tú y yo lo sabemos, es un partido de izquierda radical. Son los únicos que tienen claras las ideas y lo que hay que hacer.

Pero no cualquier partido de izquierda radical. Porque no hay que olvidar toda la historia pasada, la caída del “socialismo real” o la conversión de China y las otras revoluciones al capitalismo. Y sobre todo su profundo autoritarismo y su falta de democracia.

Esta vez vamos a ser los trotskistas y se nos va a oír

Así que la única izquierda radical que hoy puede decir algo con la cabeza bien alta y sin tener que avergonzarse de su historia, de su pasado, son los trotskistas. Sí señor, como lo lees, sólo una organización trotskista tiene las herramientas de análisis y las relaciones internacionales necesarias, para proponer alternativas serias y viables.

Y no cualquier organización, a los “mayores” sólo nos atraerá una organización donde no se manipule a las personas y ni las conciencias. Una organización donde esté presente el debate real y se respeten democráticamente las opiniones. Se voten las propuestas y todos acepten y trabajen colectiva y solidariamente, hombro con hombro, para luchar por las decisiones mayoritarias. Y hoy, para mí está claro que esta organización es, por fin, Izquierda Anticapitalista (o sus diferentes “sabores locales”).

Desde el momento que esta organización ha decidido salir de IU, constituirse como organización independiente y concurrir a las elecciones europeas, no me cabe la menor duda de que va a jugar un papel muy importante, en la reconstrucción de la auténtica izquierda que este país necesita, YA. Esta vez no tendrás que votar a IU como “mal menor”. Por fin se presenta una alternativa CREÍBLE DE VERDAD.

Ya no te sentirás solo y te necesitamos

Es por esto que he decido solicitar mi alta en Revolta Global - Esquerra Anticapitalista a partir de hoy, 2 de diciembre de 2008. Y te invito también a ti a discutirlo. No te encierres en el “no se puede hacer nada”, ya sé que te da mucha pereza volver a pensar en ello, que tienes muchas cosas que hacer y poco tiempo disponible... y además ¡a tu edad! Pero seguro que todavía sientes ese cosquilleo en tu interior y ¡todavía estamos a tiempo! Además, ahora es mucho más divertido que entonces y no te sentirás tan solo. Compartirás, como antes, muchas cosas con gente que piensa como tú... y te sentirás con fuerzas para CAMBIAR EL MUNDO DE BASE.
Todavía estamos a tiempo y ¡TE NECESITAMOS!
*y 80... y también más jóvenes, porque no.

Óscar Bello