Rajoy expropia a la clase trabajadora para salvar a los banqueros

Tal y como estaba escrito, el guión se va desarrollando de manera esperpéntica y dolorosa para todos los colectivos que sufren sus consecuencias, especialmente la clase trabajadora. Tras haber mentido a conciencia y de manera repetida sobre los efectos que iba a tener el rescate europeo de la banca española, Mariano Rajoy ha tenido que admitir ante el pleno del Congreso que “España está tutelada, sin manos libres, sin autonomía”, que "Los españoles hemos llegado a un punto en que no podemos elegir entre quedarnos como estamos o hacer sacrificios” o que "No disponemos de más ley ni de más criterio que el que la necesidad nos impone. Hacemos lo que no nos queda más remedio que hacer, tanto si nos gusta como si no” . Era evidente, aunque la “sinceridad” actual del Presidente es sólo aparente porque ni es el Estado español en general, ni es tampoco toda su ciudadanía la que va a sufrir los brutales recortes anunciados, sino sólo una parte de éstos aunque amplísima, la clase trabajadora y los sectores más humildes y empobrecidos. Los banqueros y los poseedores de grandes fortunas son justamente los beneficiarios de las actuales políticas y por ello es del todo incorrecto enmascarar esta realidad con alusiones a los intereses de “España” y de “los españoles”. Y todo esto lo hace el PP aplaudiendo a rabiar los recortes en el Parlamento o insultando a los parados y paradas, como hizo desde su asiento la diputada Andrea Fabra con el ya famoso “ que se jodan”. Este es la derecha cavernícola que nos gobierna.
La batería de medidas impuestas para reducir el gasto público en 65.000 millones de euros en dos años y medio es ya de sobra conocida. Las consecuencias también: pérdida salvaje del poder adquisitivo de la clase trabajadora, pérdida de derechos laborales, indefensión de las personas en paro, empeoramiento de las condiciones de los pensionistas... Todo para salvar a la banca y mantener los beneficios de los que han provocado la crisis y con un horizonte que, inevitablemente, nos lleva a su empeoramiento, a la más negra depresión económica.

Urge, ahora más que nunca, poner en marcha un gran frente social de lucha contra las medidas impuestas por los grandes poderes económicos europeos y acatadas por el gobierno. Urge coordinar las luchas en curso, algunas de ellas ejemplares, como la de los mineros. Urge trazar un plan a medio y a largo plazo- que incluya una agenda de movilizaciones y medidas alternativas -para hacer frente a una agresión que no tiene límites ni fin. Las experiencias de lucha se han ido acumulando: el 15M; las luchas en educación, sanidad y de los funcionarios en defensa de sus condiciones laborales y por los servicios públicos; el combate bravío de la minería que ahora mismo se desarrolla... Las movilizaciones no han de permanecer aisladas unas de otras, se han de enlazar, articular y darse fuerzas mutuamente. El magnífico recibimiento a la “Marcha Negra” en Madrid, ninguneado por la prepotente e impresentable Esperanza Aguirre, es un modelo a seguir. Asimismo, estas movilizaciones se van a enfrentar a una represión cada vez más dura por parte del Gobierno. Las duras cargas policiales en las distintas marchas de apoyo a los mineros en Madrid de estos últimos días así lo atestiguan. Frente a esta represión, será también de crucial importancia organizar campañas antirrepresivas lo más unitarias posibles.

Las fuerzas sindicales, en particular las mayoritarias CCOO y UGT, tienen una gran responsabilidad en todo lo que suceda. Las circunstancias exigen a gritos el abandono definitivo de los intentos de reeditar la concertación social y la adopción de planes coherentes de lucha que incluyan movilizaciones y huelgas generales estatales, acciones sectoriales bien enlazadas entre sí y un propósito firme de ir desarrollando todo tipo de iniciativas encaminadas a mantener una lucha larga y sostenida en la que se debe confluir con la clase trabajadora de otros países de Europa, empezando por Grecia. En este sentido, la propuesta de CCOO y UGT que ya se ha hecho pública y que incluye la celebración de manifestaciones unitarias el próximo miércoles 19 de julio, constituye un primer paso, aunque se quede del todo corto, al no trazarse un plan bien definido de la supuesta “movilización sostenida contra los recortes” que ambos sindicatos dicen defender, ni hacerse referencia tampoco a las medidas alternativas que se deberían adoptar para enfrentar la situación. Definir tales aspectos resulta necesario para aspirar a hacer frente a este intento de involución histórica y a poner fin a la crisis en beneficio de la clase trabajadora

Comunicado de Izquierda Anticapitalista

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