¿Y ahora qué? ¡Qué no se malgaste esta vez nuestro esfuerzo!

Tras el indudable éxito de la Huelga General del 29-M se impone ahora reflexionar sobre cuál debe ser el camino a seguir tanto por parte de las que han sido fuerzas convocantes, como por aquellas organizaciones sociales, gente trabajadora y ciudadanía en general que han participado en la misma.

Parecía ya desde antes de la Huelga que, fuese el que fuese el resultado de ésta, el gobierno se iba a mantener inflexible en sus postulados. Ello resultaba evidente en el caso de que la convocatoria hubiera sido un fracaso pero también apuntaba a producirse en el supuesto, afortunadamente acontecido, de que fuera exitosa. Y así ha sucedido. Esto tiene su fundamento en la misma crisis- que lleva a la banca y a las grandes empresas a buscar desesperadamente socializar su deuda -y también en el proyecto estratégico que han adoptado sus cúpulas dirigentes, encaminado a imponer a la clase trabajadora un retroceso histórico en sus derechos. Los ejecutores de tales políticas- que no sus inspiradores reales -son los diferentes gobiernos europeos, entre los cuales el de Mariano Rajoy- bajo la batuta de Ángela Merkel -quiere jugar el papel de “alumno avanzado”.
Probablemente el gobierno de Rajoy no ha dejado en ningún momento de contemplar la posibilidad de que la convocatoria de Huelga General resultase favorable a los convocantes. Sin embargo este gobierno, basándose tanto en el análisis de la debilidad actual de la clase trabajadora del Estado español y de sus organizaciones, como en las experiencias de luchas recientes en Europa, parece haber hecho la apuesta de afrontar a la brava cualquier respuesta social, esperando su desgaste. Tal apuesta es sin duda arriesgada y puede llevar a sus ejecutores a un callejón sin salida pero también- y de ahí el envite -a un triunfo histórico.

Así pues, el gobierno no sólo no ha retrocedido en su intención de imponer la Reforma Laboral, sino que, justo el día después de la Huelga, ha lanzado una ofensiva ya planificada, la de los Presupuestos del 2012.
El posicionamiento de los grandes sindicatos CCOO y UGT tras la Huelga, vuelve a ser ambivalente e incierto, como lo fue antes de la misma convocatoria e incluso cuando ésta ya se había producido. Las direcciones de los grandes sindicatos han amenazado- es cierto -con nuevas movilizaciones masivas pero al mismo tiempo han hecho un llamado al gobierno a “negociar”, marcando un plazo que expiraría el próximo 1 de mayo. Puesto que con anterioridad a la Reforma Laboral del PP, CCOO y UGT habían firmado con la patronal un “Acuerdo Nacional sobre Negociación Colectiva” que juzgaban “beneficioso”, se puede temer que la “negociación” pudiera ir encaminada- en la voluntad de sus inspiradores -a “recuperar” total o parcialmente el mencionado ANNC. Pero dicho Acuerdo ya fue muy criticado en su momento a causa de permitir una pérdida notoria de poder adquisitivo de la clase trabajadora a cuenta de “contrapartidas” o bien imposibles en las actuales circunstancias (control de precios, moderación de los beneficios empresariales) o bien de solidez muy escasa (mantenimiento provisional de la estructura actual de la negociación colectiva). Desviarse del camino de la movilización para entrar nuevamente en la vía de una “negociación de miserias” parece extremadamente peligroso. La experiencia del 29-S y de la firma posterior del Pacto Social y el acatamiento de la Ley de Reforma del Régimen de Pensiones debería ser un antídoto poderoso contra semejantes pretensiones.

La Huelga General del 29M ha demostrado que la clase trabajadora es consciente de la gravedad de la situación y está dispuesta a movilizarse, incluso cuando los sindicatos que gozan de mayor audiencia se comportan de manera dubitativa ante una convocatoria de tal trascendencia. La Huelga ha rebatido con hechos el argumento de que no hay fuerza ni impulso para luchar; éstos existen pero han de ser estimulados y canalizados de manera adecuada. Frente a la prepotencia de las clases dirigentes y de los políticos a su servicio; frente a su claro proyecto de hacer retroceder siglos los derechos adquiridos de la clase trabajadora, sólo resulta válida una respuesta firme y contundente.

Tal respuesta ha de partir de la base de que para atajar los actuales ataques es preciso poner en marcha una respuesta de movilización amplia y sostenida en el tiempo; de que ello supone también la necesidad de construir- en la misma lucha -organización desde abajo (sindical, en los centros de trabajo y fábricas, en los movimientos sociales); de que hay que articular entre sí los diferentes movimientos contestatarios y de que hay que definir también un proyecto político alternativo claro y rotundo.

Tal como señala Manolo Garí en su artículo “29 M: Punto y aparte tras el éxito”: “Ello implica una cargada agenda de cuestiones a resolver: formas de lucha sectorial y regional, construcción de nuevas formas de organización participativa para las y los trabajadores en el seno de los grandes sindicatos y en las propias empresas, alianzas entre el movimiento obrero y las organizaciones sociales, cambio de orientación política y alternativas económicas de las direcciones sindicales, establecimiento de puentes entre la cultura 15 M (y en general del mundo alternativo) y la cultura del grueso del movimiento obrero, desectarización de todas las partes, identificación y reconocimiento de los diferentes sectores que configuran el propio movimiento sindical.”

Añadiríamos también, en la línea apuntada por Yorgos Mitralias- "Por un movimiento popular europeo de solidaridad con el pueblo griego y de resistencia activa contra las políticas de austeridad “. -que es imprescindible poner en marcha un movimiento europeo de respuesta de la clase trabajadora frente a la crisis, las políticas de ajusta y el pago de las deudas ilegítimas"

Pero aunque esta Huelga ha tenido como objetivo fundamental la retirada de la Ley de Reforma Laboral, no hemos de olvidarnos de las luchas en curso contra los recortes que han supuesto movilizaciones importantes en Catalunya, Madrid y el País Valencià. Tales luchas han de ser retomadas y en su impulso pueden jugar un papel destacado tanto organismos de base como fuerzas sindicales combativas que, sin dejar de practicar una política unitaria, pueden ser capaces de romper las inercias de las direcciones de los sindicatos estatalmente mayoritarios.

Harán bien las y los sindicalistas combativas, sea cual sea su afiliación, y la gente trabajadora que se ha movilizado con ilusión en esta última Huelga en estar vigilantes ante cualquier posible tentación de repetir errores pasados. ¡Qué no se malgaste esta vez nuestro esfuerzo! decíamos antes de la Huelga del 29M, ¡Qué no se malgaste esta vez nuestro esfuerzo!, repetimos ahora.


1 comentario:

MDF dijo...

Spain:

9 de Germinal. Día de los alisos. ¡Ardieron las avenidas!... Pulsar "Entrar" en:

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