Madrid, laboratorio y avanzadilla de la ofensiva neoliberal.
En la Comunidad de Madrid llevamos años sufriendo todo tipo de ataques contra los derechos de los trabajadores y trabajadoras y las conquistas sociales logradas en décadas de lucha. Los deseos privatizadores del gobierno regional en áreas como la educación, sanidad, transporte público, agua, etc,…no son ninguna novedad para nosotros. Pero por ello no podemos dejar de reconocer que el ritmo al que se producen estos ataques se está acelerando al calor de una ofensiva generalizada a nivel estatal y europeo de las patronales y los gobiernos a su servicio. Los recortes ejecutados en los últimos meses contra los empleados públicos en materias como jornada, bajas por enfermedad, salarios y empleo son un capítulo más de un largo proceso. Hay que añadir los recortes presupuestarios para la prestación de servicios públicos de primera necesidad lo que, sumado a lo anterior, pone en serio riesgo estos servicios que forman parte fundamental de nuestro escuálido Estado del Bienestar.
Una muestra grotesca de la naturaleza ideológica reaccionaria del gobierno de la Comunidad la encontramos en las recientes declaraciones de su presidenta afirmando que no va en contra de sus principios el proyecto de “Ciudad del juego” presentado por un siniestro personaje norteamericano en el que se instauraría una suerte de Guantánamo laboral y fiscal. Sus principios no son los nuestros, no cabe duda, y sus intereses son contrarios a los de los trabajadores y favorables a los de la clase empresarial más depredadora de derechos y ecosistemas, por lo tanto, combatir esta política se ha convertido en una urgencia social y política de primer orden para todos y todas.
Unificar las luchas en Madrid para preparar una respuesta estatal.
En los últimos meses hemos visto como diferentes sectores han iniciado procesos de movilizaciones contras las medidas del gobierno de Esperanza Aguirre. Acontecimientos como la Marea Verde en defensa de la educación pública, la contestación social a la privatización del Canal o las asambleas que se están realizando en la sanidad pública son elementos esperanzadores. Pero todo esto, con ser positivo, no es suficiente. L a profundidad y amplitud de los ataques hacen necesario que pongamos en marcha una actuación unitaria que aglutine a todos los sectores en lucha. Siguiendo el ejemplo dado en la educación pública, que unió a profesores, estudiantes y Ampa´s detrás de una demanda de una escuela pública de calidad, debemos tender a agrupar en las movilizaciones no solo a los trabajadores en lucha sino a toda la población afectada por los recortes.
A su vez, quedarse únicamente en la situación que vivimos en la Comunidad de Madrid sería un error. Es necesario alzar la vista y comprobar que la batería de agresiones se da a escala estatal, sean estas ejecutadas de manera descentralizada por otras Comunidades Autónomas o por el Gobierno Central. Programar acciones conjuntas con los trabajadores de otros territorios afectados por medidas similares no solo sería positivo sino prioritario.
No es anecdótico que Rajoy considere que la gravedad de la Reforma Laboral que tiene preparada sería merecedora de una Huelga General. Las medidas adoptadas en el Decreto-Ley del pasado 30 de Diciembre junto a los recortes que se nos avecinan en los nuevos Presupuestos para el año 2.011 justifican una respuesta estatal generalizada que pueda servir para calentar motores en la perspectiva de esa Huelga General absolutamente necesaria.
No hay lugar para pactos y concesiones. La lucha es el único camino.
Si queremos ofrecer una resistencia efectiva ante la ofensiva puesta en marcha por los poderes económicos y sus representantes lo último en lo que debemos pensar es en una línea de actuación claudicante ante los mismos. Observamos con una mezcla de tristeza, preocupación e indignación la orientación de las direcciones de los dos sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, metidos hasta el fondo en la espiral suicida del diálogo social. Lo último ha sido la reciente firma del “II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva 2012, 2013, 2014”. Un acuerdo que asume la falsa filosofía empresarial de que se sale de la crisis rebajando salarios. Y un acuerdo que redunda en la línea desmovilizadora del Acuerdo de Pensiones de hace un año y que hace de tapón para el inicio de un movimiento de protesta sostenido en el tiempo.
Por desgracia hace demasiado tiempo que su práctica sindical está definida por un entreguismo que tiene mucho más que ver con los intereses de sus aparatos que con los de la clase trabajadora. Pero cuando la patronal pone encima de la mesa su programa máximo, cuando cada vez quedan menos “males mayores” que evitar porque el mal mayor está aquí y es ahora, su actitud debe ser denunciada con aún mayor firmeza.
Dicho esto, consideramos que ninguna movilización unitaria puede acabar con éxito sin la participación de los y las trabajadoras organizadas en los dos sindicatos mayoritarios. Por eso mismo hacemos un llamamiento para que los sindicalistas honestos afiliados a CCOO y UGT denuncien y combatan la política sindical de sus direcciones, participen en las acciones promovidas por los sindicatos alternativos e impulsen desde sus secciones y federaciones un cambio hacia una orientación sindical combativa y de clase. En la lucha que tenemos por delante no sobra nadie, tan solo sobran el sectarismo, el entreguismo y la resignación. Preparemos la continuidad a la manifestación del 7 de Febrero.
Defendiendo los Servicios Públicos y los Derechos Sociales, Ni un recorte más, ni una agresión más.
Declaración de Izquierda Anticapitalista-Madrid ante la manifestación en defensa de los servicios públicos del 7 de febrero
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