El Real Decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral aprobado por el gobierno Rajoy representa el mayor recorte de derechos laborales realizado hasta ahora en el Estado español. Las nuevas medidas facilitan el despido individual, abaratando el mismo en todos los supuestos; permiten en la práctica contratos de un año sin indemnización; desregulan todas las condiciones laborales; avanzan en la vía del desmantelamiento del sector público y deterioran enormemente las condiciones laborales, dando prioridad a los convenios de empresa frente a los sectoriales y eliminando la “ultraactividad”, por la cual los convenios anteriores mantenían su vigencia en caso de que no existiera un nuevo acuerdo.
Ante tal agresión a los derechos de la gente trabajadora hay que responder de manera contundente, mediante la lucha y una amplia unidad de acción. Las ilusiones sobre la posibilidad de cualquier tipo de acuerdo o de pacto con el gobierno y la patronal en las actuales circunstancias han de ser descartadas; sólo una movilización sostenida del conjunto de la clase trabajadora puede frenar a los políticos y banqueros, déspotas y prepotentes, que quieren llevarnos nuevamente a los inicios del capitalismo y quitarnos todo lo conseguido con tanto esfuerzo.
Una de las primeras e importantes tareas en la lucha que hemos de emprender ha de ser la convocatoria de manera urgente de una HUELGA GENERAL, en la que el conjunto de la clase trabajadora y de la ciudadanía golpeada por la crisis y las medidas gubernamentales paralicen el país y expresen su firme protesta; para preparar la Huelga General será preciso constituir comités y órganos de base, que son los que pueden impulsarla con fuerza y garantizar que tras ella las direcciones sindicales no echen a perder sus resultados, tal como ocurrió con la HG del 29-S. Sabemos sin embargo que una Huelga General no es suficiente, ésta ha de formar parte de un plan de movilización a medio y a largo plazo encaminado a dar una batalla sostenida, única que puede debilitar y hacer realmente daño al gobierno y a los poderes financieros y empresariales.
El combate que vamos a emprender requiere de la confluencia de todos los sectores que ya se están movilizando contra los recortes en educación, en sanidad y de los derechos de las mujeres, así como también del movimiento 15-M. Estas mareas se han de unir para formar una gran ola que ahogue las políticas neoliberales y han de arrastrar a la acción a los sectores sociales y de la clase trabajadora que hasta ahora han permanecido pasivos. Nuestra lucha ha de buscar también confluir con la de la gente trabajadora de otros países, como Grecia, que ahora mismo se están movilizando o que pueden hacerlo en el futuro inmediato. Unidad del conjunto de la clase trabajadora, unidad de los sectores en lucha y unidad más allá de las fronteras, hacen falta para vencer la prepotencia, falta de escrúpulos y codicia de aquellos que se juzgan a sí mismos amos del mundo y que nos quieren hacer pagar la crisis con dureza extrema. Nuestras banderas reivindicativas han de ser medidas tales como la nacionalización de la banca bajo control social; el impago de la deuda ilegítima; una política fiscal progresiva que recaude de las grandes fortunas; y políticas de empleo, con garantía de derechos para todas, encaminadas a poner en marcha un nuevo modelo productivo que atienda a las necesidades sociales y que sea ecológicamente sostenible. Y esto se ha de aplicar no sólo en el Estado español, sino en toda Europa y en el orbe afectado por la crisis.
Las fuerzas sindicales- entre las cuales CCOO y UGT tienen una gran responsabilidad -han de trabajar decididamente por la convocatoria de la Huelga General y por un plan de movilización sostenido. Sería un gravísimo error continuar buscando acuerdos y pactos imposibles o cambiar pequeños aspectos de una ley globalmente impresentable; las experiencias pasadas- como los efectos del Pacto Social y de la Reforma de la Ley de Régimen de Pensiones tras la HG del 29-S -deberían ser motivo suficiente para no tropezar ahora con la misma piedra. Izquierda Anticapitalista dará su apoyo decidido a las convocatorias ya realizadas para el domingo 19, esperando que sean un puente hacia la Huelga General y la movilización de largo aliento que necesitamos. Damos también apoyo a la huelga convocada por la gente trabajadora del Metro y de los TMB de Barcelona- para los días del 27 de marzo al 1 de abril -claro ejemplo de confluencia de luchas que por sus métodos de convocatoria, utilización de reivindicaciones sentidas por la ciudadanía y oportunidad en el momento de convocatoria puede convertirse en ejemplo a seguir.
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