El pasado 5 de septiembre ETA ha hecho público un comunicado en el que declara un alto el fuego, decisión que dicen haber tomado “hace meses”. Dicho comunicado supone una buena noticia para quienes deseamos y trabajamos por construir un escenario democrático y dialogado que nos permita caminar hacia soluciones políticas al llamado “conflicto vasco”, superando las manifestaciones de violencia y sufrimiento generadas alrededor del mismo. Entendemos que este comunicado es un paso (más) que permite vislumbrar una nueva oportunidad para reabrir un escenario de negociación, resolución y reparación en Euskal Herria.
Entendemos que la determinación política manifestada en los últimos meses por la Izquierda Abertzale está en la base de esta nueva estrategia de ETA. Correspondería ahora, por tanto, al Gobierno español y a los distintos partidos vascos y españoles responder con altura de miras a la nueva situación abriendo una nueva fase presidida por el diálogo y la búsqueda de soluciones justas y duraderas. Sin embargo, las reacciones de Rubalcaba y del Gobierno vasco, cuyo déficit de legitimidad democrática no podemos olvidar ya que fue elegido por un Parlamento falseado por la ilegalización de Batasuna, y no digamos del PP, muestran que en realidad tienen un escaso interés en abordar una salida democrática al conflicto vasco y un proceso de negociación real que pusiera en cuestión la actual Constitución española y permitiera el ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo vasco. Siguen prefiriendo la vía policial y represiva a una salida política democrática.Creemos que el esquema que debe presidir un nuevo ciclo de negociación se asienta sobre los pilares de experiencias anteriores. Por un lado, mesa de negociación entre ETA y el Gobierno encaminada a promover un desarme bajo tutela internacional y el acercamiento de presos a Euskal Herria, así como excarcelaciones progresivas. Por otro lado, una mesa de partidos (sin ilegalizaciones, exclusiones, ni límites) que permita afrontar y acordar el marco político democrático y pluralista que debería refrendar el conjunto de la sociedad vasca, respetando el derecho a decidir del pueblo vasco.
Desde Izquierda Anticapitalista creemos imprescindible que este nuevo proceso cuente con dos elementos con una baja implicación en experiencias anteriores. De un lado, una mayor colaboración de agentes activos, reconocidos y progresistas de la “comunidad internacional”. Por otro lado, será necesaria una mayor activación de la “sociedad civil” y del conjunto de fuerzas sociales, políticas y sindicales vascas y del conjunto del Estado español. Su tarea debe servir de apoyo a la consolidación de este posible nuevo proceso, impidiendo que los distintos compromisos que deben adquirir las partes en litigio se incumplan o se retrasen. No podemos permitir, desde una izquierda comprometida con una salida dialogada al conflicto político vasco, que sea la derecha política y mediática quien marque y condicione la agenda del proceso.
Somos conscientes de que la oportunidad que se abre es todavía pequeña y está llena de incertidumbres. Sin embargo, hoy como ayer es tiempo para la palabra y para la política. Palabras y política que conduzcan a cumplir los deseos mayoritarios de la sociedad vasca de una paz justa y una salida democrática a todos aquellos problemas que la “Transición” y la Constitución española dejaron en herencia. Para ello, será necesario un compromiso firme por parte de todas las fuerzas políticas que garantice un proceso sin exclusiones, ni imposiciones ni manifestaciones de violencia. En los tiempos de la política y las palabras no caben las ilegalizaciones, los chantajes, las detenciones preventivas ni las estrategias represivas. Ningún agente debe auto-erigirse en garante ni en amenaza constante sobre un proceso que debe ser político, democrático y sin límites a priori.
Comunicado de Izquierda Anticapitalista 07-09-2010
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