El 17 de octubre llegó en carteleras Diario de una ninfómana, una película española inspirada del best-seller "Diario de una ninfómana" de Valérie Tasso. Este autora afincada en Barcelona, conoció un enorme éxito en librería en 2000 con esta historia autobiográfica (medio millón de copias vendidas en el mundo). Pero su traspaso en las salas de cine y medios de promoción de Madrid se enfrenta a una tremenda censura de los sectores rancio y religiosos de la comunidad.
La censura de otros tiempos proviene de PubliSistemas y la Empresa Municipal de Transportes - que gestionan la publicidad en las marquesinas y los autobuses de Madrid - la Cadena Cope - cuyos accionistas son la Conferencia Episcopal Española (50%), las diócesis (20%), órdenes religiosas como jesuitas y dominicos y también la ONCE - la cadena pública madrileña Telemadrid - Controlado por el gobierno de la comunidad.
¿Que alegan los censores? Básicamente consideran de "dudosa legalidad" o "gratuitamente provocativa" el cartel y el título de la ficción.
El cartel tal como podemos descubrir no es ni vulgar, ni misógino, ni pornográfico y podría perfectamente ser utilizado por una mercantil campaña de promoción de lancerías.
El título contiene la palabra ninfómana y es el principal delito a la buena moralidad que comete el director Christian Molina. En efecto, cuando propuso un cartel alternativo: un póster en blanco con solo el título de la película, el veto no se levanto. Observa, con razón, que "Si la obra se hubiese titulado Diario de un asesino seguramente no hubiese habido ningún problema".
No podemos naturalmente descartar que la productora Canónigo Films se aproveche de la censura de algunos medios para rechazar las campañas posibles por otro medios y beneficiarse de la polémica como medio de promoción, pero no quita el hecho de que exista en Madrid unos censores en activo y con responsabilidades.
¿Pero que cuenta la película?
Val es una mujer atractiva con estudios universitarios y una posición social acomodada. A sus 28 años, se muestra muy liberada en sus relaciones, acostándose con quien quiere para satisfacer su curiosidad sexual. Tras muchos devaneos, Val conoce al que cree que será el amor de su vida, pero sus ilusiones se rompen cuando es maltratada física y psicológicamente. Desesperada, se adentra en el mundo de la prostitución de lujo en busca de nuevas experiencias, algunas de ellas extremas y peligrosas.
Cabe la casualidad que también salió este 17 de Octubre en carteleras Camino de Javier Fesser, se trata esta vez de una película inspirada en otra historia real, la breve y angustiosa vida de una niña hija de una familia del Opus Dei que sufre una dolorosa enfermedad.
En una atmósfera de santidad, donde la familia sólo espera aferrada a un Dios "misericordioso" y mientras el Opus Dei veía en el sufrimiento de la niña todo un ejemplo, y cuando parecía que solo la muerte era ya inevitable, se enfrente a un descubrimiento nuevo al enamorarse de Jesús. Para desgracia de su madre, no del hijo de Dios sino de un niño de su misma edad. Se trata de un Camino capaz de atravesar todas las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella y que pretenden inútilmente sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse feliz.
La polémica en este caso no se materializó con una censura sino de una critica severa de la obra por parte del Opus Dei y otros sectores religiosos, que consideran un ataque que pervierte la "autentica" historia de Alexia González-Barros, que falleció en 1985 a los 14 años en la Clínica Universitaria de Navarra y que se encuentra actualmente en proceso de canonización.
Es de notar la repercusión mediática de estas criticas ideológicas mucho más que artísticas que también podría dejarnos pensar que el Opus Dei promociona la próxima beatificación del protagonista a la que se intentó inculcar el placer de la redención a través del dolor.
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