Las protestas frente al Parlament de Catalunya el pasado 14 y 15 de junio han desatado un ataque sin precedentes contra el movimiento nacido el 15 de mayo. Aquellos que hasta ahora aceptaban resignadamente el avance de un movimiento imparable han visto la oportunidad para pasar a la ofensiva. Y en el caso del Consejero de Interior del Gobierno de la Generalitat, Felip Puig, han visto la oportunidad de pasar página del ridículo hecho el pasado 27 de mayo con el fallido desalojo de Plaza Cataluña. La campaña mediática contra el movimiento magnifica interesadamente incidentes aislados de una jornada de movilización que, siguiendo los criterios de los y las convocantes, tuvo esencialmente un carácter no violento y pacífico.
La movilización ante el Parlament fue convocada con un propósito muy claro: manifestar el rechazo a unos presupuestos anti-sociales, que recortan servicios públicos y reducen los derechos de la gente trabajadora. Hace meses que las movilizaciones en Catalunya contra estas medidas están en marcha: manifestaciones, huelgas, cortes de carreteras, acampadas .... Nada ha podido detener la maquinaria del gobierno que, siguiendo los dictados de las instituciones internacionales, utiliza la excusa del déficit para recortar derechos sociales. La jornada de protesta no violenta ante el Parlament era, pues, un paso más en el intento de detener unos presupuestos destructivos. Un paso necesario y legítimo, frente a un gobierno decidido a sacar adelante los recortes cueste lo que cueste.
El argumento demagógico de que la protesta era un "secuestro del Parlamento" y un "ataque a la democracia" es inaceptable. No son los y las manifestantes quienes tienen secuestrado el Parlamento, sino el poder económico y financiero. La democracia no es sólo sinónimo de Parlamento. La democracia es también la participación, la autoorganización, las movilizaciones en la calle. Hay que recordar, además, que los recortes sociales no han pasado por ninguna urna y que el pueblo catalán no ha sido consultado sobre las mismas.
En este escenario de criminalización del movimiento, resulta particularmente lamentable el papel de "la izquierda" parlamentaria, en particular ICV-EUiA, cerrando filas con CiU y PP y arremetiendo contra el movimiento. Cualquier formación que se diga de izquierdas hubiera tenido que anunciar su renuncia a participar en el pleno del Parlament, pedir su suspensión, y la paralización de los presupuestos anti-sociales. La jornada del 15 de junio puso de manifiesto más que nunca la necesidad de construir una alternativa anticapitalista vinculada a los movimientos sociales.
Izquierda Anticapitalista manifiesta todo su apoyo a las movilizaciones del pasado 14 y 15 de junio, pide la libertad sin cargos de los detenidos y detenidas, y denuncia la criminalización de los movimientos sociales.
Ahora más que nunca hay que participar en las manifestaciones del 19 de junio que tendrán lugar en varias ciudades del Estado español. Una manifestación de masas será la mejor respuesta a la campaña criminalizadora contra el movimiento. El 19 de junio nos jugamos mucho. Por eso es necesario que toda la ciudadanía, jóvenes, personas mayores, familias, niños y niñas ... salgamos a la calle.
El 19J la calle es nuestra! No pagaremos su crisis!
Comunicado de Izquierda Anticapitalista
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