Este 22 de mayo hay que apoyar la huelga y defender la Educación Pública

Dentro de la durísima ofensiva gubernamental contra los derechos sociales y laborales de la clase trabajadora, los servicios públicos de sanidad y de educación están siendo atacados con particular saña. En el sector de le educación pública llevamos ya años asistiendo a políticas de recortes sistemáticos en detrimento de la calidad de la enseñanza. Tales recortes, hasta ahora, se habían desarrollado en el marco de las diferentes administraciones autonómicas, lo cual ha tenido una doble consecuencia: por un lado las restricciones impuestas han aparecido públicamente como efecto de las decisiones particulares de cada uno de los gobiernos que las han llevado a cabo y por lo tanto, en falsa apariencia, relativamente ajenas a un proyecto global. Por otra parte, las fuertes movilizaciones que se han desarrollado a lo largo del tiempo en determinadas naciones o territorios del Estado (Andalucía, Catalunya, Madrid, País Valencià...) han permanecido relativamente aisladas y con escasa coordinación ninguna entre ellas.

En estos momentos, no obstante, después de la publicación del Real Decreto-ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo impulsado por el Ministro José Ignacio Wert, ha quedado en evidencia que asistimos a un ataque de conjunto contra todo el sistema público de enseñanza, que forma parte integrada en las políticas de ajuste neoliberales, con unos objetivos muy claros:

-Desmantelar una buena parte de este sistema en beneficio del privado, llevando hacia la enseñanza privada a los segmentos sociales que puedan pagarla y ampliando el negocio de ésta.

-Convertir el sistema público- en las enseñanzas no universitarias -en un sistema de características meramente asistenciales para la atención de los sectores empobrecidos y sin recursos de la clase trabajadora, que serán cada vez más amplios. En cuanto a la enseñanza universitaria, se pretende restringir el acceso a ella mediante la subida de las tasas y dejar las titulaciones reducidas a aquellas que resulten “rentables” para los mercados.

-Deteriorar las condiciones salariales y laborales de la gente trabajadora de la enseñanza, a la vez que se somete a ésta a una fuerte campaña de desprestigio social que apunta no sólo a dificultar su movilización, sino también, en plazo relativamente breve, a crear las condiciones para arrebatarle la condición de funcionaria y en particular la estabilidad de su puesto de trabajo.

-Minimizar la inversión en el sistema público por la doble vía de reducir su calidad y de provocar pérdidas masivas de puestos de trabajo, que en un primer momento afectarán al personal interino pero que en breve pueden también tocar a la gente funcionaria de carrera (como el caso de Grecia muestra).

Periódico de Izquierda Anticapitalista ante los recortes en educación La respuesta a la ofensiva del gobierno

Ante el brutal ataque del gobierno del PP los sindicatos FE.CCOO, ANPE, CSI.F, STEs-i y FETE-UGT han convocado Huelga en el sector de la Educación Pública para el 22 de mayo.

Al mismo tiempo, en el País Valencià, tras cuatro meses de movilizaciones contra el de Decreto-ley 1/2012 del Consell de la Generalitat Valenciana de medidas urgentes para la reducción del déficit en la Comunidad Valenciana, las fuerzas sindicales (STEPV-Iv, FE-CCOO, FETE-UGT, CSI·F y ANPE) han convocado una Huelga intermitente que va a tener su inicio los días 16 y 17 de mayo y, muy probablemente, una coincidencia en fecha con la convocatoria estatal del 22.

La coincidencia en el mismo mes de las movilizaciones estatales y del País Valencià puede facilitar tanto el desarrollo de la Huelga en este territorio como, al mismo tiempo, que retomen el impulso las luchas en otros lugares como Catalunya o Madrid. Ambas convocatorias tienen no obstante que hacer frente a importantes problemas que es preciso abordar.

Los problemas de la movilización en Educación

Se podría sintetizar la problemática a la que se enfrenta el proceso de movilización en ciernes en un aspecto básico que, además, suele ser común a todo tipo de lucha de la clase trabajadora: cómo conseguir la máxima unidad entre la gente que pasa a la acción y como también, al mismo tiempo, se puede alcanzar el máximo apoyo social posible. Esto abarca diferentes niveles: el de la unidad de lucha entre territorios; el de la convergencia entre los diferentes sectores que conforman la comunidad educativa (docentes, estudiantes y madres y padres); y finalmente el de la solidaridad entre el sector en lucha y el resto de sectores de la clase trabajadora.

En el caso que nos ocupa ya se ha hablado antes de como las movilizaciones en educación habían permanecido hasta ahora aisladas por naciones y territorios. Esto ha permitido que se desarrollaran fuertes luchas- como las últimas de Madrid o del País Valencià -con escasa repercusión inmediata en otros lugares afectados por similares problemáticas. Tal dinámica parece que ha sido rota al intervenir de manera decidida el gobierno central en la legislación educativa por la vía del Decreto-ley 14/2012. La convocatoria de Huelga General de Educación va a unificar las acciones. Pero, más allá de este positivo inicio, lo que habría que conseguir es hacer coincidir finalmente en el tiempo y coordinar las luchas específicas de cada territorio. Es decir, que se produjesen a un tiempo las diferentes “Mareas”, sean “Verdes”, “Amarillas” o tengan nombre de estación como la “Primavera Valenciana”. Esto puede adoptar diferentes formas como, por ejemplo, la realización de acciones de manera escalonada.

Con respecto a la unidad dentro de la comunidad educativa, ésta tiene su aspecto más problemático en lo referente a movilizar de manera efectiva a madres y padres y a las organizaciones que les representan aunque sea parcialmente, las AMPAS. En todas las movilizaciones que hasta ahora se han producido se ha realizado un trabajo en dicho sentido, relativamente eficaz, aunque seguramente insuficiente. En el País Valencià las AMPAS han sido, algunas de ellas, muy penetradas por sectores afines al PP y se han creado inclusive federaciones de AMPAS paralelas a las anteriormente existentes y próximas al Partido Popular. Por lo tanto, uno de los trabajos importantes es de establecer puentes efectivos entre los docentes en lucha- el segmento más activo dentro de la comunidad educativa, por lo menos en las enseñanzas no universitarias -y las AMPAS, en particular aquellas que puedan jugar un papel más movilizador.

Existe sin embargo un tercer aspecto, ya citado, que es el de la solidaridad y apoyo sociales en sentido amplio, que es el más difícil. La percepción deformada que sobre los docentes tienen amplios sectores de la clase trabajadora hace que éste sector sea visto como un grupo “privilegiado”, que “trabaja poco” y con una estabilidad laboral que, por si misma, parece “justificar” los recortes salariales que se puedan imponer. La propaganda gubernamental y de las diferentes administraciones que imponen recortes se aprovecha, de manera virulenta, de este tópico ampliamente extendido y se han lanzado verdaderas campañas de desprestigios contra las docentes. Hay que realizar campañas informativas al respecto, haciendo hincapié en que el deterioro de las condiciones laborales y de derechos de las docentes implican de manera directa un deterioro de la calidad en la enseñanza y que, además, las rebajas salariales ejercen un efecto depresivo sobre la economía que perjudica al conjunto de la clase trabajadora; la estabilidad en el puesto de trabajo ha de ser, también, un derecho a conseguir para el conjunto de la clase, sin que resulte en absoluto beneficioso que un sector que posee este derecho se vea privado de él. Pero, tan importante o más que la contrainformación, es tender puentes, en el transcurso de la preparación de las luchas y durante éstas, con organizaciones sociales- como asociaciones de vecinos, asambleas del 15M, etc. -que puedan realizar actividades de apoyo.

La acción sindical, que está jugando afortunadamente un papel importante en las luchas de educación, ha de ser sin embargo apoyada por un proceso de autoorganización de la comunidad educativa en los centros de trabajo y en los barrios y pueblos. Sin ella, y más teniendo en cuenta la gran debilidad actual del tejido sindical, los procesos carecen del suficiente impulso y corren el riesgo- en determinados momentos y según las circunstancias -de empantanarse en vías no movilizadoras o en la búsqueda de acuerdos imposibles con gobiernos y administraciones. La autoorganización es imprescindible para la lucha pero también un medio de impulsarla hacia adelante ante posibles dudas o parálisis sindicales.

La perspectiva de las luchas y sus resultados

Como ya se ha venido demostrando con el transcurso de las últimas movilizaciones en Catalunya, Madrid o el País Valencià, la posición de los diferentes gobiernos es muy firme en el sentido de no dar su brazo a torcer. Las luchas tienden a desgastarse sin que se hayan conseguido resultados palpables. Quizás la situación pueda cambiar en la medida que se produzca una convergencia estatal de las movilizaciones pero, en todo caso, además de hacer todo lo posible por alcanzar resultados concretos, hay que dotar a las acciones que se van a emprender de una perspectiva a medio y a largo plazo, encaminada a insertarlas dentro de un proceso global, del cual la pasada Huelga General del 29M fue un inicio. El mantenimiento de la calidad de los servicios públicos, la defensa de las condiciones laborales y salariales de sus trabajadoras y trabajadores, no se pueden llevar adelante de manera consecuente si no es quebrando la espina dorsal de las políticas neoliberales de ajuste. Este mensaje, y todo lo que implica, no debe dejar de estar presente en la acción movilizadora.


Izquierda Anticapitalista hará todo lo que esté de su parte para impulsar las luchas en la Educación y para que éstas puedan acabar convergiendo entre sí y con el combate que el conjunto de la clase trabajadora debe desarrollar contra la crisis y las políticas neoliberales de ajuste.

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