Huelga de Camioneros.

La huelga de camioneros que empezó la semana del 9 de junio es importante porque es la primera respuesta a escala estatal, contundente, en reacción a la crisis que ha derivado en la inflación mundial del petróleo y de otros insumos básicos.

Esta nota es una reflexión sobre la huelga.

En primer lugar, esta huelga es una huelga patronal. Pero atención: el sector del transporte es un sector de estructura muy diversa y en la huelga, los pequeños patronos autónomos, pelean por no desaparecer en un momento de crisis aguda de la demanda. Capitalismo es explotación de los trabajadores, pero a veces nos olvidamos que Capitalismo es también competencia entre los propios capitalistas. Y la competencia hunde al pequeño y lo expulsa, arruinado, al asalariado, al precariado o al paro.

Lo que es interesante en este caso es la generalización de la demanda por parte de los huelguistas de un precio estable para el combustible y una tarifa mínima para el transporte. Los huelguistas piden la intervención del Estado en el libre mercado de precios y el Estado responde que no puede porque se lo impiden las liberales normas de la Unión Europea. Fundamentalismo puro.

En realidad las normas liberales de la Unión Europea no son tales cuando se trata de ayudar a sectores empresariales con mayor poder, como la banca o los terratenientes. Pero, empresario por empresario ¿quién pesa más?, ¿un elegante banquero o un sudoroso camionero?.

En segundo lugar, esta huelga ha demostrado el talante del gobierno y su disposición determinada a hacer pagar los costes de la crisis que se está desarrollando a los más débiles de la sociedad. La preocupación del ejecutivo es mantener los niveles de ganancia del Capital. Las altas ganancias empresariales garantizarían la actividad. Como se ve, no hay ninguna diferencia de planteamiento entre el PSOE y el PP.

Las asalariadas y asalariados, precarios, pequeños falsos autónomos, etc deberemos encontrar las vías para resistir a este ataque que se prepara.

Matías.

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