Agua de Cercedilla, Intoxicación de la Comunidad de Madrid

"La Dirección General de Ordenación e Inspección resolvió este miércoles declarar no apta para el consumo humano el agua de Cercedilla. El Ayuntamiento, que es la Administración competente, debe actuar y hacerle llegar este aviso a los vecinos. Los técnicos municipales de Salud Pública deben clorar el agua si falta cloro, tomar medidas para que desaparezcan las bacterias y garantizar la limpieza de los depósitos así como solicitar al Canal de Isabel II apoyo temporal para que sea transportada agua al municipio, pero a mí no me consta que todo esto se haya producido", declara públicamente la viceconsejera de Ordenación Sanitaria el 15 de julio. Menos de 24 horas después que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid detectara bacterias y una concentración excesiva de cloro libre residual en el agua del municipio. Los titulares de la prensa subrayaron en seguida: “el agua de Cercedilla no es apta para consumo humano”, se despacharon medios audiovisuales in situ a entrevistar la población y crear el clima de cuestionamiento del alcalde socialista y de su autónoma vía de abastecimiento en Agua para el Pueblo.

Cercedilla es uno de los pocos pueblos de Madrid que dispone de su propia empresa de abastecimiento en agua, y no depende de la región para el suministro. La estación de tratamiento del municipio es ampliamente suficiente para atender las 7.000 personas empadronadas, pero se muestra deficiente a la hora de abastecer los casi 15.000 habitantes que cuenta el pueblo durante la temporada de veranos. Por este motivo cada año al inicio del auge poblacional, el ayuntamiento solicita a la empresa que aún pertenece a la comunidad de Madrid el Canal de Isabel II el enganche a su red. Esta petición se cursó el pasado 5 de julio, pero el Canal Isabel II tardó dos semanas en poder realizar los trabajos de conexión: la limpieza de 7 kilómetros de tubería que unen la estación de tratamiento de Cercedilla con el depósito del Canal, la limpieza del depósito del Canal, la introducción del agua y sus verificaciones analíticas. Por esta razón al inicio de esta temporada el Ayuntamiento de Cercedilla ya debía prácticamente tres millones de euros a la empresa regional.

El mismo 15 de julio y de forma contradictoria técnicos de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid anunciaban el agua de Cercedilla apta para el consumo confirmando el resultado de los análisis de los técnicos municipales que se habían enviado a la Dirección General de Ordenación e Inspección de la consejería de Sanidad durante la mañana.

Es de subrayar que la Consejería de Sanidad a la vez, hiciera públicos los resultados de una analítica realizada el día 14, al agua del pueblo que llegaba a la conclusión: "no apta para el consumo humano y con riesgos para la salud", y recordará y ordenara que toda la responsabilidad en cuanto a administración y comunicación dependía del consistorio porque Cercedilla gestiona sus propios recursos de agua.
Sanidad insiste en recordar las responsabilidades del Ayuntamiento, que ya estuvieron advertido en varias ocasiones respecto a los incumplimientos a la normativa en la materia, que la Dirección General de Ordenación e Inspección no ha recibido la documentación que acredita que se han solucionado los problemas, que se consto el mal funcionamiento de la única estación de tratamiento con la que cuenta el municipio, y que el depósito en el que se embalsa el agua procedente de la presa es muy antiguo.

El Consistorio PSOE critica tibiamente la "falta de veracidad" de la información difundida por la Consejería de Sanidad, que "ha causado un importante daño en los sectores de hostelería y restauración" del municipio, que vive principalmente del turismo, y reclama tímidamente "mayor responsabilidad" a esta Consejería a la hora de tratar temas tan sensibles que crean alarma social.

Solo el 29 de Julio fue cuando la Consejería de Sanidad confirma oficialmente que el agua de Cercedilla volvía a cumplir "los criterios sanitarios de calidad" para el consumo humano y por tanto, volvía a ser potable. Quince días después de disponer de las muestras, «La Consejería ha cumplido con su obligación de avisar sobre la insalubridad del agua”, pero tarda mucho en confirmar la salubridad de la misma, quizás porque esta información no tenga la misma utilidad o relevancia.

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